Hace aproximadamente un mes el Gobierno de Aragón presentó en el Parlamento autonómico las conclusiones de un proyecto cultural que denominó Espacio Goya. Seis años ha tardado el Ejecutivo PSOE-PAR en desarrollar esta relevante iniciativa cultural que, en su día, esbozó y elaboró una Administración presidida por el Partido Popular.
Durante este largo tiempo los aragoneses hemos esperado pacientemente a que la actual coalición PSOE-PAR desarrollara este proyecto de relevancia internacional y que coincidiese, en su concepción básica, con un planteamiento que había conseguido un primer respaldo de instituciones y organismos estatales y autonómicos.
Pasa el tiempo, demasiado tiempo, y seguimos confiando que el Ejecutivo autonómico responda a las expectativas culturales que este territorio merece y demanda. Lo cierto es que Aragón lleva demasiados años esperando un proyecto cultural serio, real y creíble para el disfrute de los ciudadanos aragoneses y de los que nos visiten. Lamentablemente parece que estamos obligados a dejar que los meses sigan transcurriendo.
Si algo caracteriza la concepción que los responsables culturales de la Administración aragonesa tiene sobre el futuro Espacio Goya es la vaciedad; no existe una definición clara y, sin embargo, aparece una manifiesta dependencia de instituciones externas a las que se les intentara obligar a ceder su patrimonio a cambio de pertenecer a un organismo en el que, de momento, se desconoce el grado de participación y por tanto de decisión que pueden tener los propietarios de las obras pictóricas.
Si se tiene la suerte de conocer el proyecto presentado por el profesor Borras, que no es fácil, la definición de Espacio Goya divaga a lo largo de las paginas sin una descripción diáfana y contundente. Falla en la declaración de concepto y se limita a la puesta en marcha de un museo, con aderezos, pero cuya imagen principal es la de un museo.
Durante la lectura del documento elaborado por el profesor Borrás y asumido por el Gobierno, se establece una premisa inicial, errónea a mi juicio, y no es otra que concebir el denominado Espacio Goya como un museo. El Espacio Goya a lo ultimo que debe aspirar es a convertirse en una galería puesto que el Museo del Prado ya cumple con creces esa función y, de hecho, competir con una de las principales pinacotecas del mundo es, además de absurdo, una temeridad. Otra posibilidad es que exista una o varias salas en las que exponer las actuales obras en posesión del Gobierno de Aragón, las que se puedan ceder y las que se puedan adquirir. Pero ese no debe ser el asidero del Espacio Goya.
No debemos permitir dejar pasar la oportunidad de crear un nuevo espacio cultural en Aragón, avalado además por la figura de don Francisco de Goya, para acabar haciendo un museo que aún no siendo poco, no es su principal objetivo.
Nuestro concepto es más amplio y ambicioso y concebimos el Espacio Goya como el referente de la creatividad aragonesa, un lugar privilegiado de encuentro de los creadores nacionales e internacionales; en definitiva un espacio donde resida la vanguardia cultural. Goya es el símbolo de la apuesta por la modernidad, es la tarjeta de visita de Aragón en el mundo y bajo ese paraguas debe construirse un centro innovador, de pensamiento, de creación y de reflexión. Además deberá asumir otra combinación de actividades, otros muchos cometidos, pero ante todo tiene que ser el referente de la innovación cultural en su más amplio sentido.
No coincido con el enfoque exclusivista, dirigido a determinados intelectuales y estudiosos, que emana del proyecto gubernamental. Al contrario, debe estar abierto, dirigirse a todos, pues ha de ser un espacio donde todos quepan y para ello se hace preciso conocer los criterios de los mayores conocedores reales de lo que en el mundo cultural interesa a los ciudadanos, que no son otros que los propios artistas, sus asociaciones, los profesionales de la didáctica y la enseñanza, los galeristas, los periodistas, los marchantes, etc., que por cierto, deberían expresar su opinión de forma pública respecto de un proyecto que creo les afecta tan directamente.
Nos queda aún tiempo para debatir, para incorporar ideas y para aunar criterios sobre el proyecto, aunque también somos conscientes que el actual ejecutivo de coalición no se ha caracterizado por reconocer sus errores, aceptar recomendaciones y pensar en grande, a pesar de su manido “talante”.
A estas alturas solamente podemos esperar que la equivocación en los planteamientos del proyecto no sea tan grave que propicie, incluso antes de comenzar, un nuevo fracaso, aunque el inicio desde luego no sea especialmente alentador.
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3 comentarios:
No entienden nada de nada, sólo les interesa el dinero y colocar a sus pupilos de Arte. Dejan fuera a los verdaderos creadores, a los artistas, a los que pueden aportar visiones de futuro.Por eso, este proyecto nace muerto y sólo servirá para que cuatro se metan en sus bolsillos democrátas y desinteresados un montón de dinero. Me gusta que haya gente como tu que lo denuncie, sólo te falta decir que nuevamente este asunto parte de los errores por envidias de un personaje muy poco útil para la cultura aragonesa que además fue consejero de Cultura.Lo mejor con él es aplicar la vieja medida romana de ignorarlo y no citra su nombre. Hay que borrarlo de la memoria de Aragón.
Tio, llevas un montón de días sin escribir nada, y se te van a amontonar los chanchullos de estos pájaros que planean sobre el Museo de Lérida para ver como legalizan el montón de piezas que nos han robado algunos politicos catalanes, apoyados por un obispo rebelde al Papa, y compinchados con el catalanista Marcelí Iglesias. Nunca os he oido decir que los niños del pueblo de este presidente catalán de Aragón estudian en tierras de Cataluña. Esta sería una buena ocasión para mandar a Callizo allí, a Lérida, seguro que acababan huyendo todos.
Ahora soy competidor tuyo, te animo a que leas mi blog, si la agenda te lo permite: www.javierdeus.blogspot.com
UN SALUDO
JAVIERDEUS
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